¿Qué lograría tu empresa si todas sus interacciones con la tecnología fueran inteligentes? La IA es una constelación de tecnologías (desde el machine learning hasta el procesamiento del lenguaje natural) que hacen que las máquinas puedan percibir, comprender, actuar y aprender. Hace tiempo abandonó el espectro de la ciencia ficción para colarse en nuestras vidas y, aunque todavía en una fase muy inicial, está llamada a protagonizar una revolución equiparable a la que generó Internet. La gran diferencia reside en que las compañías que tienen implementado un sistema Inteligente pueden analizar un gran volumen de información proveniente de distintas fuentes de información y sin importar el formato del dato en cuestión para generar procesos automatizados inteligentes prácticamente sin la intervención humana.
La IA está presente en la detección facial de los móviles, en los asistentes virtuales de voz como Siri de Apple, Alexa de Amazon o Cortana de Microsoft y está integrada en nuestros dispositivos cotidianos a través de bots (abreviatura de robots) o aplicaciones para móvil, tales como: Lyli, un personal shopper en versión digital; Parla, concebida para ayudarnos con el aprendizaje de idiomas; Ems, diseñada para hacernos un poco más llevadera la ardua tarea de encontrar nuevo piso; o Gyant, un asistente virtual de Facebook que emite ‘diagnósticos’ médicos. El objetivo de todas ellas: hacer más fácil la vida de las personas.
Aplicaciones en todos los sectores
La Inteligencia Artificial destaca por realizar tareas automáticas que por norma general requieren inteligencia humana. A día de hoy la IA es complementaria a la actividad del ser humano, sin embargo, alguno de los usos más comunes es realizar labores difíciles o que requieren mucho tiempo y que anteriormente realizaba el hombre. Un ejemplo claro son los chatbots, que consisten en unas aplicaciones web que pueden usar las empresas y pymes para diferentes servicios como la atención al cliente.